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Valladolid, 14/03/2008
El IBGM cumple diez años al servicio de la investigación biomédica
Este instituto se convirtió el 10 de febrero de 1998 en centro mixto de la Universidad de Valladolid y del Centro Superior de Investigaciones Científicas
Sus científicos destacan entre los más punteros en este área y son reconocidos internacionalmente
Se cumplen diez años de la creación del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) como centro mixto de la Universidad de Valladolid y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Aquel 10 de febrero de 1998 se firmó el convenio por el que el IBGM se convertía en un instituto de características muy peculiares, con científicos pertenecientes a ambas instituciones, que han conseguido situar la investigación biomédica de la Universidad de Valladolid en niveles muy competitivos y reconocida internacionalmente. Su relación con el CSIC se inició en 1994 cuando pasó a ser Unidad Asociada del consejo y se incorporaron dos grupos de investigación del centro.
Baste decir que los investigadores Constancio González y Jesús Balsinde forman parte de dos de los Centros de Investigación Biomédica en Red (CIBER), en los que están los grupos punteros en sus áreas en España, y que otros tres grupos, dirigidos por Mariano Sánchez Crespo, Javier García Sancho y María Teresa Pérez y José Ramón López, están integrados en las Redes Temáticas de Investigación Cooperativa (RTICs), creadas también por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, dependiente del Ministerio de Sanidad. Actualmente, esta institución tiene abiertas casi una veintena de líneas de investigación, centradas en el estudio de la Fisiopatología Molecular y Celular de enfermedades de alta incidencia, como las cardiovasculares, respiratorias, metabólicas, neurodegenerativas y tumorales
Su director, José Ramón López, habla de los beneficios de pertenecer a dos instituciones yuxtapuestas, ya que aunque complica la gestión del día a día, por otro lado permite optimizar recursos y poder acceder a programas de ayudas y becas de dos organismos diferentes. Actualmente, el IBGM cuenta con 10 investigadores del CSIC y 18 miembros del Personal Docente e Investigador de la UVa, además del personal técnico y de administración y servicios, y tiene abiertas varias líneas de investigación en las que se entremezclan la ciencia básica con la aplicada. "Todo lo que se aplica tiene que partir de algo básico", explica José Ramón López.
Y para sus investigaciones es fundamental su cercanía con los hospitales de Valladolid (Hospital Clínico Universitario y Hospital Pío del Río Hortega), ya que cada vez se está apostando más por las líneas de investigación que tengan una relación directa con un tipo de enfermedad, es decir que tengan una aplicación médica. Uno de estos ejemplos es el Grupo de Inmunidad de Mucosas y Alergia, cuyo responsable es Eduardo Arranz, y que centra su trabajo en el estudio de la enfermedad celiaca. Además, Eduardo Arranz ha sido elegido presidente de la Sociedad Española de Enfermedad Celiaca que aglutina a grupo de investigación sobre el tema en el territorio nacional.
Primero estuvieron alojados en la Facultad de Medicina y ya en el año 2006 estrenaron nuevo edificio, ubicado al lado del Hospital Clínico Universitario, en la calle Sanz y Forés. La apuesta por mantenerse en contacto permanente con los hospitales motivó que no pudieran tener un edificio propio antes, ya que el proyecto inicial era instalarlo en el Campus Miguel Delibes, lo que hubiera provocado alejarse del centro de operaciones.
De hecho, por ejemplo, la Unidad de Producción Celular del IBGM - el primer laboratorio de producción de células abierto en Castilla y León-, que dirige la investigadora Ana Sánchez, tiene muy claro este contacto tan estrecho entre ambos organismos, ya que debe abastecerse del fluido de la médula ósea que le proporciona el Servicio de Hematología del Río Hortega para obtener las células madre.
Entre los más punteros en investigación biomédica del país y reconocidos en el ámbito internacional
Muestra del nivel alcanzado por los equipos han sido los recientes premios otorgados en enero de 2008 por la Real Academia de Medicina y Cirugía de Castilla y León a dos trabajos del IBGM: el Premio DIURSA, a Lola Ganfornina y Diego Sánchez por "Estrés oxidativo y envejecimiento ¿Cómo prolongar la vida?; y el Premio don Vicente Garrido Capa a Ricardo Rigual, Alberto Rico y Silvia Fernández por sus investigaciones sobre "La transducción química en las primeras etapas de la vida". Pero esta misma institución lleva reconociendo el trabajo del IBGM desde hace varios años, porque la pasada edición también distinguió con estos dos premios a otros investigadores del instituto.
Concretamente, este instituto puede sentirse orgulloso de tener de entre sus grupos de investigación a dos que han sido seleccionados por el Ministerio de Sanidad para formar parte de los siete Centros de Investigación Biomédica en Red (CIBER), liderados por el Instituto Carlos III de Madrid , entre los que se incluyen grupos de investigación punteros en España, seleccionados por su competitividad y excelencia, y cuyo objetivo es estudiar de forma monográfica una enfermedad o patología concreta. Uno de ellos es el grupo de Quimioreceptores Arteriales, dirigido por el investigador contratado por la UVa Constancio González, e integrado en el CIBER de Enfermedades Respiratorias; y el segundo está liderado por el científico del CSIC Jesús Balsinde, en el CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas.
Además, investigadores del IBGM también están integrados en las Redes Temáticas de Investigación Cooperativa (RTICs), formadas por la asociación al Instituto Carlos III de un conjunto de centros y grupos de investigación en biomedicina, de carácter multidisciplinar, para realizar proyectos de investigación cooperativa de interés general. En la Red Recava (Red de Enfermedades Cardiovasculares) está incorporado el grupo de Mariano Sánchez Crespo; en la de Terapia Celular, Javier García Sancho; y en la Red Heracles (Determinantes genéticos y ambientales de la disfunción vascular en la hipertensión y en la cardiopatía isquémica), María Teresa Pérez y José Ramón López.
El pasado año, una de las principales revistas científicas internacionales Nature Protocols, del prestigioso grupo editorial Nature Publishing Group, se hizo eco de una técnica diseñada por uno de los investigadores principales del Laboratorio del Cáncer del IBGM, Eladio Velasco, que analiza los genes responsables de enfermedades hereditarias, ideada en 2003, pero mejorada a lo largo de estos años y tomada como modelo para sus estudios por otros investigadores.
Un Programa de Doctorado en Biomedicina con Mención de Calidad
"El edificio –explica López- ha sido fundamental para tener una imagen propia en la ciudad " . Además de contar con unas instalaciones adecuadas para la investigación, han conseguido que el IBGM imparta un Programa de Doctorado en Biomedicina con Mención de Calidad, que dirige Javier Álvarez, al que acuden anualmente uno 15 alumnos. De hecho si antes tenían problemas para atraer a gente a través de las distintas becas que se ofertan – sus potenciales investigadores son titulados en Biología y o Farmacia, carreras que no se ofertan en la Universidad de Valladolid-, ahora pueden seleccionar a los candidatos, porque el número de demanda es muy superior.
María Dolores Ganfornina, coordinadora de las actividades de formación del centro, corrobora esta afirmación. Una de las principales actuaciones de estos últimos años ha sido relanzar los seminarios, que anteriormente no se hacían de modo habitual, pero que ahora se ofrecen prácticamente todas las semanas, aprovechando las estancias de investigadores extranjeros a nuestro país, a los que acuden éstos de forma totalmente desinteresada. Además todos los lunes los científicos del instituto se reúnen para intercambiar experiencias y cada uno presenta sus trabajos, semejante a las comunicaciones de los congresos. "Es una forma de que los más jóvenes aprendan a comunicar la ciencia", aclara Lola Ganfornina
Como ya se ha señalado, el IBGM se nutre principalmente de jóvenes biólogos, farmacéuticos y, en menor medida, médicos, ya que de estos últimos son pocos los que deciden dedicarse a esta profesión. Por esta razón, y dado la escasez de titulados en Valladolid, existen programas de intercambio con las universidades de León y Salamanca que sí ofertan estas carreras.
De hecho, tanto el director como la coordinadora de actividades de Formación son muy críticos con la carrera investigadora de este país y no les extraña que los jóvenes no opten por esta salida profesional, sobre todo los médicos, ya que el colectivo de los biólogos tiene más problemas por insertarse en el mercado de trabajo. Dicen que hay un vacío entre el doctorado y el científico consagrado, porque no está contemplada una figura Postdoctoral como existe en Estados Unidos. Los científicos españoles tienen que irse unos años al extranjero, como lo han hecho todos los investigadores que trabajan en el IBGM, para desarrollar una carrera científica y tras esta estancia se puede acceder a ciertos puestos. Desde luego, la idea que hasta los 40 años, más o menos, no vas a poder optar a una plaza adecuada como científico es bastante descorazonador para un joven que dirija su futuro hacia esta profesión.
Nota para la redacción - Podéis acceder a las imágenes del IBGM en la página web de la Universidad de Valladolid (www.uva.es) en galería de imágenes.
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