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Valladolid, 16/01/2015

La UVa coordina dos redes de excelencia financiadas por el Ministerio de Economía

Una de ellas, la red ECOMETAS, está liderada por el investigador del Campus de Soria José Miguel Olano Mendoza, y una segunda, la red CAPAP-H5, por Arturo González Escribano, de la ETS de Ingeniería Informática en Valladolid

Profesores de la Universidad de Valladolid lideran dos redes de excelencia estatales que acaban de recibir ayudas del Ministerio de Economía y Competitividad, en el marco de la convocatoria de Redes de Excelencia. Una de ellas es la red ECOMETAS, liderada por José Miguel Olano, profesor e investigador de la Escuela de Ingenierías Agrarias del Campus de Soria y miembro del Instituto de Gestión Forestal Sostenible, que ha recibido 30.000 euros, mientras que la segunda denominada red de Computación de Altas Prestaciones en Arquitecturas Heterogéneas (CAPAP-H5) está coordinada por el profesor de la Escuela de Técnica Superior de Ingeniería Informática Arturo González Escribano y ha recibido en esta convocatoria 11.000 euros.



Se trata de una convocatoria, como explica el investigador José Miguel Olano, en la que se valora principalmente el tamaño de la red y lo estratégico de las investigaciones. Precisamente, la red ECOMETAS, que aglutina a diez centros de investigación, se dedica a uno de temas de gran interés, la ecología terrestre. Su objetivo es comprender cómo funcionan los ecosistemas, cómo son sensibles a los cambios en su composición y qué pautas son las más adecuadas para preservar su integridad. Gran parte de los bienes y servicios básicos para el funcionamiento de nuestra sociedad como la fijación de carbono, la depuración de las aguas o la polinización son proporcionados por ecosistemas y su alteración está asociada al proceso de cambio global, cuyas consecuencias pueden ser muy nocivas para la humanidad. De ahí la importancia de estos estudios, ya que la gestión del medio natural incluirá, cada vez más, criterios científicos rigurosos a lo hora de tomar decisiones hasta llegar a una gestión basada en la evidencia científica.

La red está integrada por seis centros del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) (Estación Biológica de Doñana, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Instituto Pirenaico de Ecología, Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, Instituto de Recursos Naturales y de Agrobiología de Sevilla y el Centro Mixto CSIC-Universidad de Valencia), el CREAF de Cataluña, el Centro Tecnológico Forestal de Cataluña-CTFC, la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad de Valladolid, coordinadora de la red.

La red ECOMETAS pretende fomentar el trabajo integrado de los centros de investigación y aumentar las sinergias. Para ello promueven acciones de movilidad para estancias de investigadores senior y en formación entre centros de la red y la realización de una reunión anual.

RED CAPAP-H5

Por otro lado, la red de Computación de Altas Prestaciones en Arquitecturas Heterogéneas (CAPAP-H5), liderada por el investigador de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad de Valladolid Arturo González Escribano, se plantea promover también el intercambio y transferencia del conocimiento para abordar los nuevos retos de la programación y la explotación de las nuevas arquitecturas entre los investigadores de un total de 26 instituciones, incluyendo universidades, centros de investigación y supercomputación y empresas, entre ellas la UVa, en la que se encuentra el grupo TRASGO integrado en el Grupo de Investigación Reconocido MOVIBAP, en donde trabaja Arturo González Escribano.

Lo que persiguen es fomentar y afianzar las colaboraciones entre todos, articulando los esfuerzos para consolidar su reconocimiento internacional en el ámbito de la computación de altas prestaciones sobre arquitecturas paralelas heterogéneas.

Los procesadores habituales contienen cada vez más núcleos (elementos de cálculo) y cada vez es más habitual poder utilizar otros elementos como las tarjetas gráficas, los dispositivos móviles o las tarjetas especializadas para formar sistemas de cálculo complejos y muy heterogéneos. La posibilidad de que un gran número de tareas se ejecuten en paralelo en los diferentes tipos de procesadores aporta una enorme ventaja para resolver problemas de alto coste computacional que aparecen en diversas áreas de la ciencia o la ingeniería (simulaciones químicas, físicas o metereológicas, cálculos de estructuras, mapas de genoma, visión y tratamiento de la imagen, etc). Sin embargo, también implica nuevos problemas en cuanto a cómo programarlos o cómo distribuir la enorme cantidad de pequeñas tareas de un programa de la forma más apropiada en cada sistema particular. Surgen además nuevos retos asociados a minimizar el consumo energético, tanto en grandes centros de cálculo, donde miles de procesadores pueden estar operando simultáneamente, como en ordenadores personales o plataformas formadas por dispositivos móviles que dependen de una batería de capacidad limitada. Y en ello, trabajan los científicos de la red.

Para los retos específicos que se demandan, la red se estructura en siete grupos de trabajo que se centran en áreas de investigaciones cómo: modelos de programación y análisis de sistemas paralelos; planificación y reparto equilibrado de tareas entre procesadores; optimizaciones específicas para dispositivos de cómputo especializados, comúnmente conocidos como “aceleradores hardware”; estudio de aplicaciones y programas específicos que necesitan alto rendimiento y capacidad para seguir incrementando sus prestaciones al añadir progresivamente más y más procesadores; aplicaciones y herramientas para utilizar la nube para computación de altas prestaciones (Cloud Computing); despliegue de aplicaciones paralelas sobre dispositivos móviles y, finalmente, métodos y técnicas específicas para el ahorro energético.